Y si la Tercera Guerra Mundial ya ha empezado, y no nos hemos dado cuenta.

Todos recordamos como al finales de los años 90, los halcones estadounidenses crearon el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, en el que se planteaban una serie de objetivos para mantener la primacía mundial en el siglo XXI. Recordamos cómo en ese mismo documento se mencionaba que era necesario un elemento catalizador que sirviera de shock, para poder movilizar todos los recursos económicos, políticos y militares, para mantener y aumentar, las posiciones geoestratégicas mundiales que EEUU había establecido.

Tras el 11 de septiembre, Estados Unidos se lanzó a invadir países como Afganistán e Irak, estableció más bases militares en todo el mundo,  principalmente en oriente medio, y apoyó cualquier golpe de Estado o cambio de régimen, de cualquier país que no acatara las estrategias y políticas norteamericanas a nivel mundial.

Durante estas primeras décadas del siglo XXI, una serie de países se han dado cuenta de que los norteamericanos son capaces de cualquier cosa para imponer sus políticas al resto del mundo. Para salvaguardar su independencia se han agrupado en torno a lo que se conoce como “BRICS”, una organización que pretende servir de contrapeso a Estados Unidos, Unión Europea y la OTAN. 

La relevancia que este grupo está teniendo a nivel mundial, y las simpatías que produce en el tercer mundo, han hecho sonar las alarmas en Washington. Algunos se preguntan si los BRICS están utilizando una táctica, artera y sibilina, para destronar a Estados Unidos como única potencia mundial. Algunas voces desde el Pentágono han dado la voz de alerta explicando que, tal vez, ya haya empezado una 3ª Guerra Mundial, esta vez, en diferentes estadios y fases.

Algunos halcones de La Casa Blanca se están dando cuenta de que muchos países, con apoyo de los BRICS, han empezado a tomar posturas contrarias a la voluntad estadounidense, y que de hecho, se está empezando a utilizar estrategias similares a las que EEUU empleó en todo el mundo. Se están dando cuenta de que el nuevo Orden Mundial no será anglosajón, sino multipolar, y que poco a poco, se les ha empezado a plantar batalla en diferentes aspectos, como el económico, el político o el militar.

Destacan como la estrategia norteamericana de abrir varios frentes a sus enemigos para desgastarlos, está siendo utilizada en su contra, y son ahora los norteamericanos los que no pueden hacer frente a sus enemigos, ni financiar a sus aliados.

Rusia dijo basta en Georgia y Ucrania. Junto con Turquía también dijeron basta en Siria, a su vez, Turquía ha empezado a apoyar a Azerbaiyán en su lucha contra Armenia, la cual, había mantenido un ligero acercamiento hacia Estados Unidos. Irán ha dicho basta a Israel y Arabia Saudita apoyando a grupos terroristas como Hamas. China ha invadido económicamente África e Hispanoamérica. El Magreb invade Europa mediante la inmigración ilegal, e inspirando la actuación terrorista de lobos solitarios. Muchos analistas temen que el siguiente paso sea una revuelta en Taiwán, que sirviera como excusa para la invasión China de la isla.

Parece que el poder geopolítico nacido tras la Segunda Guerra Mundial va a desaparecer. Los vencedores crearon un sistema que favorecía sus propios intereses, pero esa visión del mundo, hoy  parece caduca, no se entiende que un país como Francia tenga un puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y la India, el país más poblado de la tierra, no lo tenga. La ONU esta financiada básicamente por EEUU, y todas sus directivas se alinean con los intereses norteamericanos, por eso, organizaciones cómo los BRICS, están empezando a tener mucha relevancia en la escena internacional.

Otras estrategias paralelas a la militar, han empezado a tomar fuerza, sobre todo la económica y la política. 

En lo económico, cada vez más países apuestan por la “dedolarización” de la economía, la creación de otras formas de pago como alternativa al sistema Swift, una apuesta decidida por las monedas nacionales, y nuevos tratados comerciales más justos para las partes.

En lo político, se ha dejado de consultar a Estados Unidos a la hora de realizar acuerdos entre países, se han empezado a desobedecer las resoluciones de la ONU, incluso se ha llegado a apoyar movimientos que generen inestabilidad en el bloque occidental, por ejemplo, se han apoyado nuevos regímenes políticos en África, también se apoyan movimientos separatistas como el catalán, escocés o  corso, se financió la campaña política pro  salida del Reino Unido de la UE e incluso, se intervino en las elecciones norteamericanas.

Parece ser que las reglas del juegos están cambiando, que las nacidas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial ya no sirven, y que ante este intento de subvertir el status quo mundial, se pueda llegar a un punto de tensión que degenere en una confrontación bélica todavía mayor, a la que estamos viviendo en la actualidad en zonas como Ucrania, Oriente Medio o África.

Fuente: Political Radar A. Fanlo