Año clave para la invasión China de Taiwan

China está atenta a lo que desde su ministerio de defensa denomina, “ventana de oportunidad” en su conflicto con Taiwan. Los generales chinos consideran que la Otan está centrada en los conflictos de Ucrania, Gaza y Yemen. Se están retirando de sus posiciones en el Sahel, sus bases en Iraq y Siria están siendo atacadas prácticamente todas las semanas y Venezuela está empezando a escalar su conflicto con la Guyana.

El panorama geopolítico es claro, la OTAN está empezando a “abarcar” pero le cuesta “apretar”. Este podría ser un buen momento para que China presione para negociar una reunificación con Taipei y si el contexto lo proporciona (ataque de falsa bandera, cisne negro, provocación, sanciones económicas) pueda decantarse por la acción militar.

La inteligencia norteamericana está preocupada por dos hechos que se están produciendo en China, por un lado, se está almacenando una gran cantidad de grano, suficiente para mantener a la población de china durante un año y medio. También han saltado las alarmas, el hecho de que China esté almacenando gran cantidad de bancos de sangre. La conclusión de muchos analistas es que China se está preparando para el conflicto, otros por el contrario creen que es simplemente una manera de provocar. 

En lo que si están de acuerdo los analistas es que si china quiere actuar este sería un buen año. Joe Biden está enfermo, hay elecciones en noviembre, y entre abril y agosto, las mareas y el clima son propicias para un desembarco.

Ante esta situación Taiwan ha decidido cambiar su estrategia de defensa. En las pasadas décadas la estrategia militar taiwanesa consistía en armarse con los últimos modelos de aviones, embarcaciones y misiles norteamericanos, pero vista la situación en la guerra de Ucrania, se ha decantado por la “defensa erizo”. El estado mayor se ha dado cuenta que con el precio que cuesta un avión estadounidense, pueden comprar cientos de misiles stinger, o que por el precio de un buque pueden rodera buena parte de la isla con minas submarinas. Se considera que estas armas son mucho más disuasivas y que en caso de desencadenarse un conflicto, les daría el tiempo suficiente para que la armada norteamericana acudiera al rescate.

Solo el tiempo dirá si los acontecimientos se desarrollarán de una manara u otra, pero los grandes fondos de inversión han empezado a proteger sus activos e inversiones ante un escenario de guerra lo cual es tremendamente significativo.

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