El plan para balcanizar España

España siempre ha sido un enemigo a batir por las demás potencias extranjeras y poderes “globalistas”. España ha sido la última gran nación con un ideal universal. Como afirmaba Gustavo Bueno, el hispánico fue el último imperio generador en contraposición a los imperios anglosajones depredadores. Una nación con la voluntad de hermanar a los pueblos bajo un mismo gobierno, cultura, religión e ideales. Una potencia que hubo que destruir para que los mercados gobernaran sobre las personas, la ética se convirtiera en moral relativista y unos pocos decidan a espaldas de los demás.

Hoy en día, España vuelve a ser la nación a destruir para implantar la segunda fase de destrucción de la sociedad. El famoso “dividit et impera” sigue teniendo la misma vigencia que hace dos mil años. Fragmentar los estados nación para crear pequeños estados fallidos, dependientes de grandes corporaciones, bancas privadas y grandes potencias, es el movimiento por el que apuestan las elites para acaparar mayores riquezas y poder.

El ejemplo de estados fallidos en la Europa del este tras la caída del muro es el referente a seguir y España sería el primer país de occidente en padecer los sufrido en el bloque oriental.

Se pretende polarizar las sociedades financiando movimientos extremistas con la intención de provocar el enfrentamiento, la ingobernabilidad, la crisis económica, la imposibilidad de crear una familia, de tener un proyecto de vida y sociedad, por el que merezca la pena luchar y vivir.

En definitiva, desesperanzar a las clases medias, dividirlas y ofrecerles como solución a sus problemas un revisionismo histórico, sociológico y político, lo más polarizado posible, con el fin de conseguir el enfrentamiento civil, el que padecemos ahora, o incluso militar, como los ocurridos en la Europa del este y más concretamente en Yugoslavia.

Todo esto no es secreto, lo han manifestado de una manera sutil diversos estamentos y grupos de poder, desde la Open Society de Soros financiando medios de comunicación afines a la causa, pasando por la OTAN/NATO bombardeando países, o potencias como Israel, Iran, Rusia o China, prestando apoyo logístico y financiero tanto a partidos separatistas, como a partidos extremistas, ya sean  de izquierdas o de derechas.

En principio, están consiguiendo lo planificado. El caos imperante en la sociedad va a más, pero si este se detuviera o fuera a menos, ya se tiene preparada la siguiente fase, el enfrentamiento armado.

En el Reino Unido del brexit, ya ha habido una muerte en Irlanda del norte por terrorismo después de años de paz, y vuelve a tomar forma la reivindicación escocesa de deshacer la unión. La Rusia de Putin pretende mover las fronteras  de Ucrania y el Caucaso, además de financiar el nacionalsocialismo populista catalán. En Centroeuropa aumenta el poder de los partidos que defienden la violencia como forma de solucionar los problemas. En Italia gobierna la Liga norte, partido que nació con la vocación de dividir la Padania del resto de Italia. En España los nacionalismos periféricos se han radicalizado y han encontrado el apoyo de sectores de la izquierda para promover, o bien un secesionismo, o una suerte de repúblicas confederadas sin ningún tipo de definición política clara.

Todo ello ha hecho que el clima de convivencia en buena parte de España sea insufrible. Vuelven las pintadas, las amenazas, los boicots, los insultos, las huelgas violentas, la incitación al odio… Incluso ya ha habido sectores de Euskadi o de Cataluña que han manifestado la necesidad de emplear el uso de la fuerza para imponer sus objetivos, se ha llegado a poner como ejemplo la independencia de Eslovenia y el conflicto yugoslavo. (recordemos que Yugoslavia celebraba en armonía las olimpiadas de invierno en Sarajevo en 1988, ganaban eurovisión, eran los primeros en deportes de equipo y la convivencia pacífica era la norma. Tres años después, se estaban matando).

La sensación de que puede haber muertes o incluso una guerra civil es algo cada vez más palpable. Pero recordemos que de nosotros depende que no suceda, España siempre es más fuerte que sus enemigos, que después de 2.500 años de victorias y derrotas, existe el mismo pueblo que describen las fuentes griegas, cartaginesas y fenicias:

“En la lejana Hesperia existe la tierra de Y-Spny, donde habitan los iberos, pueblo indómito, siempre dispuesto a la guerra, rico en tierras, mares y minerales, con ciudades tan ricas que nada tienen que envidiar a las nuestras”

Un pueblo noble, valiente y prospero que tiene mucha historia que escribir todavía. En nuestras manos está que los “vendepatrias” que deshacen nuestra soberanía y evitan nuestro desarrollo, vayan a la papelera de la historia.